Episode 451: 22 de Octubre de 2024 - Devoción Vespertina - ¨Salmos¨

Daniel Ramos Podcast

DEVOCIÓN MATUTINA VESPERTINA

“SALMOS”

Narrado por: Joyce Vejar

Desde: Arizona, USA

Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church
22 DE NOVIEMBRE

SALMO 6

«Cansado estoy de sollozar; toda la noche inundo de lágrimas mi cama, ¡mi lecho empapo con mi llanto!» (SAL. 6:6).

Los salmos reflejan magistralmente todos nuestros estados de ánimo: gozo, ira, tristeza, preocupación, temor… pero pocos reflejan de una forma tan detallada la tristeza como este salmo. La tristeza que vemos reflejada en estos versos es aquel sentimiento que hace dos siglos llamábamos «melancolía» y que en la actualidad acostumbramos a llamar «depresión», y que dentro de poco llamaremos de otro modo. Pero la llamemos como la llamemos, la realidad y la experiencia es una misma, y el salmista describe una tristeza tan profunda que puede llevarnos a la muerte.

David no nos revela el motivo principal de su tristeza. Tan solo hace referencia a sus angustiadores, y en medio de su profundo pesar describe su dolor como una enfermedad del alma (v. 2), una turbación (v. 3), un largo sufrimiento (v. 7); y en medio de esa angustia clama al Señor para que lo escuche, consuele y restaure sus fuerzas. David le pide a Dios que libre su alma. El salmista sabía muy bien cuál es el antídoto de su depresión, como tú y yo sabemos dónde buscar consuelo: en Dios mismo. Es cierto que Dios es quien puede salvar su vida y guardarlo de todo mal, pero también es cierto que la mismísima presencia de Dios es el único y mayor consuelo, lo único que puede calmar ese profundo dolor del espíritu. Por eso el rey clama diciendo «Vuélvete, Señor, y sálvame la vida; por tu gran amor, ¡ponme a salvo!» (v. 4). Aun en la tristeza más profunda tú y yo podemos acudir al Señor para que Él dé descanso a nuestras almas.

El Señor escucha la voz de David, al igual que escucha la tuya cuando clamas en medio de tu dolor. El salmista encuentra descanso en la respuesta de Dios. Pero Dios no responde apartando de él a sus enemigos, ni responde con una voz audible. Su respuesta es más bien íntima y privada. Habla al corazón, de modo que el rey David sabe perfectamente que «el Señor ha escuchado [su] llanto» (v. 8). Esta convicción interior es la que nos dice que Dios está por nosotros y es la medicina a la tristeza más profunda de nuestro corazón.

¿Te has sentido alguna vez hundido en una profunda tristeza? ¿Abatido? ¿Has estado como David, regando tu cama con tus lágrimas en medio de la noche? Examina tu corazón, y cómo reaccionas en medio de tu tristeza. Vigila tus palabras en esos momentos. Mira si son de queja, de ira, de rencor, de autocompasión, de venganza o si, por otro lado, son palabras santas llenas de confianza en tu Creador. Que sean tus palabras y tus pensamientos, aun en medio de la más profunda depresión, como las palabras del salmista. Expresa con confianza tu dolor al Señor y siente muy de cerca Su presencia y cuidado cuando Él te responda que está contigo. Recuerda que Él nos dijo: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso» (Mat. 11:28).